Llave maestra

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Apunten y disparen, parece la consigna que tiene la crisis para sus soldados en lo que al sector de la comunicación se refiere.

El gran desastre económico que actualmente azota al globo terráqueo entero, sin excepción, no termina por desaparecer y tiene entre sus víctimas, como no iba a ser menos a profesionales del mundo del periodismo y la publicidad.

Las cifras avalan mis palabras, pero considero que en las manos de estos mismos profesionales está la oportunidad de dar un giro radical a la situación de inactividad laboral y transformar las cifras en su favor. Y no, no hablo de manipularlas, ni hacerlas desaparecer, ni si quiera de olvidarlas en un baúl viejo con el fin de que un día todo cambie como por arte de magia.

Que nadie se confunda, yo no tengo la clave, creo que no hay una llave maestra y de haberla, no me han dejado a mi como guardián de la misma. Estoy convencido de que la respuesta está más cerca de lo que parece, no hay que viajar para encontrarla, no está en lo alto de los árboles, ni escondida en cuevas profundas. La respuesta a nuestros problemas está dentro de nosotros mismos.

No entendería nunca la rendición de trabajadores de la comunicación, que por no reinventarse dejaran la profesión, porque aunque no haya trabajo, como estricta y formalmente lo conocemos, una nómina que nos ata a un jefe que a su vez está atado a otro con una extensa cadena de sumisión, nosotros siempre debemos trabajar. ¿Cómo? Una mente proactiva y despierta con las cosas bien claras, encaminada hacia lo que yo llamo la maximización de nuestras habilidades y capacidades intelectuales. Haz de tus virtudes, tus fuerzas de apoyo, trabaja sobre aquellas cosas que te gustan y que en la facultad quedaron un poco de lado y en la redacción o en la agencia no te permitían hacer. Escribe, monta, realiza, diseña, presenta, actúa… Y que no se te olvide lo más importante, no dejes de pensar, sobretodo, nunca dejes de pensar.