jueves, 28 de octubre de 2010

DIRCOM Y PERIODISTA




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Dircom y Periodista son los dos perfiles que yo elijo.


Como periodistas tenemos profesionales de la talla de Carlos Herrera (radio), Matías Prats (televisión) o Francisco Marhuenda (prensa escrita). A los tres los podemos considerar líderes de opinión en su ámbito. Concretamente podemos ver el ejemplo de Matías Prats como uno de los líderes de opinión más importantes de este país. Su figura es utilizada para publicitar.


Como director de comunicación voy a nombrar a profesionales de la talla de Javier Zuloaga (Dircom de La Caixa) o Luis Díaz Güell (Dircom de Iberia).


Si nos referimos a profesionales de la comunicación, tanto periodistas como Directores de Comunicación o incluso otros, que no destaco aquí, podemos señalar como una de las características que se exige a la hora de buscar perfiles, la mente creativa y abierta a los nuevos acontecimientos. Tanto unos como otros, tienen que ser expertos en el manejo del lenguaje, tienen que ser meticulosos en el desarrollo de sus exposiciones textuales, deben conocer más de un idioma, deben empatizar con los públicos.


La diferencia entre el Dircom y el periodista puede ser que el dircom trabaja para los intereses de la compañía en la que está empleado y el periodistas tiene que ser una persona más objetiva y limitarse a ofrecer informaciones. El dircom tiene capacidad ejecutiva, estratega y de líder, características que no son tan importantes en el caso de un periodista.


Personalmente considero que tengo bastantes de las características que necesita un buen profesional de la comunicación en los perfiles antes mencionados, pero que mi proceso de formación aún no ha terminado y quizá si tenga determinadas deficiencias, que debo corregir, como puede ser mi limitado conocimiento de otros idiomas.







lunes, 18 de octubre de 2010

Yo y Google…Google y yo.


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"Miguel Ángel Bango Martínez."



Como no iba a aparecer en Google, un clásico como yo. Por supuesto que aparezco y encima lo hago en primera línea, pero siempre tiene que ver con directorios de la Universidad de Alicante o con mi página de Facebook y poco más. No obstante, no descarto que mi entrada sea más importante dentro de unos años, después de convertirme en famoso y salir en las portadas del papel cuché. Bromas a parte, me gustaría que lo primero que se encontrase la gente al poner mi nombre en el buscador de los buscadores fuera una página o blog en el que me describiese tanto personal como profesionalmente. Lo que podríamos llamar una “carta de presentación” online.


Para estar presente en Internet, puedes acometer múltiples acciones, desde atracar un banco y salir en los periódicos, hasta enrollarte con el marido de Belén Esteban. Pero si lo que tú quieres es aparecer y que te tomen en serio, entonces, la cosa es algo más complicada. Podrías empezar por crear una página Web personal, un portafolio, un blog o subir a diferentes servidores de almacenamiento de vídeo una pieza de presentación. En cuantos más sitios estés en Internet, más fácil es que al teclear tu nombre aparezcas en la pantalla.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Soy...

La verdad es que si yo supiera cómo atravesar los retos de selección en este mundo nuestro, en el que cada día las cosas se nos ponen más difíciles, ni mucho menos os lo iba a contar a vosotros.

Soy de los que piensa que no se piden profesionales que encajen en moldes perfectos hechos a la medida para cada empresa. Soy de los que no dicen no al inglés, pero tampoco dicen si, soy de aquellos que no dicen si al físico, pero también soy de los que dicen no. Soy de los que entran y de los que salen, de los que se visten con corbata y de los que no lo hacen. Además, soy de los que se afeitan y de los que no, de los que llegan una hora antes y de los que entran apresurados a menos de un minuto de la entrevista, de los que tienen master, de los que no lo tienen, de los que estudiaron en Madrid y de aquellos pocos que no pudieron salir de Segovia, soy de los que tienen experiencia como becarios y de los que no han pegado ni chapa en su vida, de los que se fueron de erasmus y ahora saben latín y de aquellos que no se han movido del barrio. También soy de los que sacaron buena nota y de esos que no la sacaron tan buena, soy de mención honorífica y de pasarme un año más para limpiar unas cuantas, soy de los que han leído y de aquellos que no cogieron un libro en su vida, soy de los que se ponen nerviosos y de los que entran seguros, soy de los que se les traba la lengua pero también soy de los no dejan de hablar, tengo un buen currículum y a la vez no lo tengo, pero en definitiva lo único importante que necesito son ganas. Soy de los que tienen ganas y nunca seré de los que no las tienen. No se necesita una enorme lista de másters, ni unos folios repletos de congresos a los que he asistido, ni ser bilingüe en albanés. Lo único que se exige en esta fuerte competencia es ser el mejor, el number one de las ganas. Las ganas, el entusiasmo son títulos que no sellan en las facultades, que no se aprenden en los aularios ni en las escuelas de idiomas, que no te los dan con las prácticas de empresa y que por más que te empeñes no te convalidan por créditos de libre elección.

Es cierto que como dicen la canción de Golpes Bajos, corren “Malos tiempos para la lírica”, pero los buenos poetas, siguen haciendo poesía.