miércoles, 24 de noviembre de 2010
¿Qué me dices? ¡Si!...no tenía ni idea.
jueves, 18 de noviembre de 2010
MISIÓN CASIMPOSIBLE
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Los nervios se concentran en el estómago, las piernas te tiemblan un poco y hasta en pleno invierno con temperaturas bajo cero, te entran unos sudores, que acaban degenerando en importantes rodales de 6 centímetros de diámetro en la parte de las axilas de tu camisa nueva.
Te solicitan que pases a un pequeño despacho. Al fondo una persona te espera sentada en su escritorio. Una silla vacía y … - ¿ Puede tomar asiento, por favor?- Tú te sientas de forma que no se note el nerviosismo, como si tuvieras contralada la situación, aunque la realidad de fondo es bien distinta. Nunca sabes si estás bien preparado, ¿iré demasiado arreglado?, ¿zapatos? ¿corbata? ¿Gafas o lentillas? Te sabes tu currículum de carrerilla, aunque eso no sea algo difícil.
Una vez en la silla, las dudas continúan, pero conforme empiezan a preguntarte te vas soltando y poco a poco los nervios desaparecen. Una batería de preguntas en la que evalúan tus movimientos, tus gestos, tus respuestas, en definitiva, se te evalúa.
En mi caso la entrevista, no era para un trabajo realmente importante y por lo tanto no fue tan difícil convencer al entrevistador de Tele2, al del Burger King o al de alguna empresa temporal.Pero espero estar preparado en el momento que realmente necesite las destrezas para convencer de que yo soy la persona adecuada para ese trabajo.
lunes, 1 de noviembre de 2010
¿Trabajo? ¿Dónde? Corre, corre, que se esconde.
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La mayoría de las ofertas encontradas ofrecen un contrato temporal de seis meses, con un rango salarial inferior a los 18.000 euros anuales y una jornada completa que posiblemente acabe degerando en una jornada completísima, para la que te exigen como poco un par de años de experiencia y multiples conocimientos y habilidades sociales, así como manejo en programas informáticos, idiomas, sin olvidar por supuesto la licenciatura. A este tipo de ofertas, que de ningún modo son una reducida minoría, sino que están insertadas en el abanico de posibilidades que se nos presentan, yo suelo llamarlas de la siguiente manera: “ UNA MIERDA PICHÁ EN UN PALO”.
Lo peor de todo es que las exigencias son de tal embergaudra, que muchos de nosotros, entre los que se incluye un servidor no estamos capacitados en unas condiciones óptimas para el ejercicio de esas funciones. Y por supuesto que estaría dispuesto a cambiar de ciudad para trabajar, pero que alguien me explique como puede hacer una persona para pagar vivienda, transporte, comida, ropa, ocio, en ciudades como Madrid o Barcelona, en las que a pesar de lo que crea Zapatero un café vale algo más de 1 euro, si el suelo no supera los 800 euros.
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